Hace dos semanas que no posteaba nada, el trabajo ha sido una real locura. Ahora bien, vuelvo recargado y con ganas de hacer rabiar.

1. El show con Chile.

Aquí hay 2 asuntos que nuestro desgraciado Presidente y secuaces han mezclado, como siempre politizando las cosas y usándolas de tapadera para desviar la atención de toda su porquería y corrupción. Ello se evidencia en cosas tan simples como dejar sin quorum las comisiones investigadoras o entrometerse en procesos independientes, además de los usuales berrinches palaciegos.

Si ha habido espionaje, evidentemente tenemos que protestar. La vía diplomática es el canal, además debemos publicarlo por todos lados para que los chilenos se desahueven y dejen de pensar que somos un país de estúpidos (hay que mover a la comunidad internacional). Creamos una simbiosis directa, económica, pero de ahí a pensar que el capital no tiene bandera o pensar que el espionaje es algo que siempre pasa o que es normal: es PELIGROSO. Eso a la larga, atentará contra nuestra soberanía.

Lean historia y dense cuenta de eso, creo que suficiente es ver lo que pasó en la Guerra del Pacífico. Esa guerra fue financiada por Inglaterra por los intereses en el salitre y otros bienes que manejaban empresas anglo-chilenas en los territorios bolivianos. Nosotros tuvimos que agregarle pésimos gobernantes y traidores a la patria que tienen plazas y avenidas con sus nombres (Piérola, Iglesias, Prado y demás basuras).

Dejándonos de tonterías, PENA DE MUERTE para todo traidor a la patria. Otra cosita, eso también debería ser para los terroristas, narcos y demás gentuza avezada –incluyendo a los que lloran: “soy un joven estudiante y trabajador”, pero tienen un prontuario increíble, sin importar la edad-.

2. Urresti, el payaso.

De una u otra forma la prensa estúpida le sigue dando entrada y buena parte de la población lo aplaude porque se sienten identificados con ese palurdo. ¿De verdad queremos otro cachaco idiota en el poder? Haciendo la salvedad, una cosa son los militares preparados y muy profesionales, y otra los que son como Urresti y Humala, que son la gran mayoría.

Miren como va a dejar Humala al país: un desastre. Ello sin contar que Urresti tiene todos los vicios de ambos extremos:

Estilo Mussolini (fascista) + Estilo Chávez (comunista) + hiper-populismo + autarquía mata industrias + acompañantes imbéciles y corruptos + caudillismo local + supresión de libertades + crímenes de lesa humanidad = “el país se va al carajo”.

No puedo creer que esa simple ecuación no pueda ser vista por todos; bueno, con ello que la gente no lee y no entiende lo que lee, ciertamente es muy difícil que aprendan de la historia. Encima, tampoco es que entiendan lo que estamos viviendo actualmente.