¿Amor al Perú? ¿Honor? ¿Educación?
Estuve leyendo varias columnas de opinión y la verdad no pensaba escribir, pero al ver la cantidad de imbecilidad que se derrama me dije: “es tiempo de fregar y desasnar”.
Entre todo lo que leí me encontré con una escrito de Vásquez Kunze en Politico.pe titulada “Por qué no somos Alemania”. Desde mi punto de vista da en el clavo del problema central: EDUCACIÓN, HONOR, RESPETO Y RESPONSABILIDAD. Sin embargo, como utilizó de ejemplo a los tristemente célebres representantes de régimen actual, que valgan verdades son peores que todos los anteriores, saltaron una sarta de rabanitos a criticar e insultar sin la menor lógica ni consideración.
1. No sean conchudos
Todos sabemos que la gentita de este gobierno es de lo peor, salvo algunos ministros que hasta el hartazgo he mencionado pues su trabajo es medianamente visible y positivo, y otros tantos de los que no se dice nada porque son una incógnita ciertamente. Sin embargo, todos a los que hace mención el Sr. Vásquez Kunze son los más execrable y comprobado es. Estas personas –aunque dudo que el término aplique- tienen mil y un entripados, se sabe que son los autores directos y encima tienen el desparpajo de culpar a sus enemigos políticos. Creo que a todos los sensatos nos produce fastidio escuchar los siguientes apellidos: Humala, Heredia, Jara, Urresti, Cateriano, Omonte, Otárola, Segura, Mayorga, Chehade, Abugattás, Gamarra, Gutiérrez, Coa, Uribe, Solórzano, Tejada y podría seguir hasta terminar con toda la lista de congresistas de Gana Perú y ex ministros de Estado.
Evidentemente, nada de esto exime de culpas a García, Toledo, Paniagua, Fujimori y hasta a Fulanito de Tal, pero, la verdad, más caraduras que los del párrafo anterior no hay. ¿Por qué digo eso? Porque se les ha cogido infraganti en sus porquerías (de todos los calibres); a los ex gobernantes siempre se les iba a caer encima (hasta por nada), en muchos casos se llegó a ellos de refilón. Además hicieron mejor las cosas que Humala pues el Perú al menos crecía a buen ritmo. Por último, algunos están pagando sus culpas ya y tampoco es que se pudiera comprobar una serie de disparates que se les imputaron, otros sí y es sorprendente que no estén presos por ello. Como fuese, esta no debería ser una competencia por ver quien es el menos corrupto, debería ser una competencia de quienes son los que tienen mejor programa y la honestidad para hacerlo andar.
2. Hagan la diferencia entre instrucción y educación.
Por favor, hagamos la diferenciación. Si bien el término educación aplica para ambas en líneas generales, NO SON LO MISMO. Para mí, la educación es lo que se aprende en casa y lo que menciona Vásquez Kunze en su columna lo refiere claramente: HONOR. La gente que comete crímenes, que es corrupta y descarada no es porque no han recibido instrucción en un colegio o porque no tienen conocimientos técnicos o similares. Ese es el error que comenten muchos “comentaristas destacados”, confunden el honor y la ética con la preparación.
Es claro que cuando un niño ha sido bien educado evita tener malas juntas e, incluso, teniendo malas compañías es menos proclive a seguir el camino de la estupidez. Evidentemente, no se debe olvidar lo que dice el refrán al respecto. En todo caso, la instrucción ayuda a que se amplíe el criterio, pero no es el corazón del asunto. Si la gente es mala entraña o maleducada, no se maquilla con saber de ciencias, la naturaleza siempre sale a flote.
Aparte, todos sabemos que la educación escolar o superior no llega a muchos lugares porque el Estado ha sido mal administrador. Sin embargo, a los ideologizados -a los que les encanta agregar la palabra “neoliberal” a todo- deben recordar que el atraso es obra y gracia del comunista y recalcitrante SUTEP y toda la gentuza similar. Gente que quiere vivir a costas del país, pero que ni una clase básica de matemáticas saben dar, y ponen mil y un trabas.
Además, queda claro que se encuentran desgraciados delincuentes con todos los perfiles, desde doctores hasta iletrados. Lo peor de todo, es que la gentuza es la que tiene mayores ambiciones políticas. Por ejemplo, en las redes me encontré con el caso de un “profesional en comunicaciones”, con empresa y todo, que quiere ser congresista en un futuro. Para variar adolece de todas las cualidades que un “Padre de la Patria” debe tener -al igual que la mayoría de los que están metidos actualmente-. Este tipejo había sido el publicista para cierto candidato a la alcaldía de Lima, el candidato le pagó el servicio, pero éste se rehusó a pagar a una colaboradora. Le dio mil excusas y como la joven lo hizo público amenazó con llevarla a juicio por difamación. ¡Qué tal concha! Al final, por la presión en las redes tuvo que ceder a regañadientes. ¿Ese es el tipo de gente que queremos en política? Casos como este hay miles y comprueban, una vez más, que no es cosa de instrucción, es cosa de formación en casa, de esa que te da valores morales.