Insania
He tenido oportunidad de leer información de todos los frentes acerca de lo ocurrido ayer en París. Un hecho tan lamentable que nos recuerda, en cierta medida, lo que pasó en nuestro Perú. Son de esas cosas que no deben ser olvidadas, no por cuestiones revanchistas, sino para estar prevenidos. Aprendamos esto: el violentista, sea cual sea su doctrina (religiosa o política), NO CAMBIA.
Ahora, es cierto que los señores de Charlie Hebdo se pasaron de suicidas (y de irrespetuosos con algunos temas sensibles), pero como los cristianos no matan porque hayan caricaturas de Cristo (que abundan y hacen renegar a varios), los musulmanes deberían renegar y no matar simplemente. Total, como dicen, el que no tiene correa: PIERDE.
Es triste que el mundo más violento y opresor sea el musulmán, pues al ver todos los avances científicos y culturales que alguna vez dieron al mundo los árabes es, sinceramente, chocante la actualidad. Tras la conversión masiva al Islam siempre han tenido esta nota de la Yihad, pero muchos de sus gobernantes tuvieron el criterio suficiente para amansar los ímpetus y poner las ciudadanías por encima de los credos sin perder su propia fe ni manera de vivir. De hecho, se puede rastrear que estaba prohibido y que era penado severamente atacar los lugares sagrados de otras religiones (judíos y cristianos), atacar a civiles, envenenar la comida y el agua. Lo lícito era la guerra de ejército contra ejército. Hoy es todo lo contrario. Con el tiempo todo ello deformó y la intolerancia se volvió el pan de cada día en los círculos gobernantes y religiosos. Tan simple es ver que la gente no tiene derechos reales en los países con mayoría musulmana. Hay costumbres, dicho sea de paso, que no necesariamente están ligadas a la religión, sino que se asumen como piadosas, que operan en ese marco confuso y se toman como ley.
Ahora con los grupos terroristas nadie la tiene suave ni está seguro, pues, para desgracia, siempre buscan contactarse con organizaciones criminales en cada lugar, los utilizan para luego barrerlos también –eso dependiendo de su “conversión”-. No lo digo yo, han salido en numerosos reportajes, sheets de Interpol y cosas similares. Aquí tuvimos un caso de terroristas del Hezbollah (capturaron a uno; pero donde hay uno, hay varios andando). Esta gente quiere ver a todo el mundo sometido bajo su bandera, es: o estás con ellos o en su contra, no hay forma de razonar ni mediar nada, pues no reconocen los derechos de nadie.
Lo triste, es que se le dé cabida a esos grupos en el mundo civilizado. Francia, país socialista por excelencia (al menos en los últimos tiempos), ha sido uno de los más abiertos a captar musulmanes, en su mayoría gente proba y trabajadora, pero con ellos llegaron los que creen que lugar que pisan es tierra del Islam y nadie tiene parte en nada. Ese fue el primer error, además de no ponerles las cosas claras y demandarles un deslinde público de los grupos extremistas, así como que tomaran compromisos acerca del respeto a las leyes locales y para con todos los ciudadanos.
Francia también siempre se ha tomado con pinzas el catalogar de terrorista a los grupos subversivos, prefiere llamarle fuerzas beligerantes y darles algo de espacio para comunicarse. Eso me suena a que es por cuestiones de dogma político (en especial de izquierda). Éstos son los resultados de ese segundo error. Lo peor es que, como está pasando en otras partes de Europa, termina por darles poder a grupos xenófobos y neonazis que propugnan una Europa libre de musulmanes, pero también entran en el saco y de refilón los latinos dependiendo de la locura del que da el discurso.
Por último, el tercer error ha sido hacerse de la vista gorda, en su política interna y externa, a lo que pasaba en comunidades cristianas y judías o con minorías sexuales y políticas. Todas y cada una han sido atacadas por grupos fanáticos musulmanes. Solo se tomaba como crímenes aislados y no como parte de una operación más grande. Esa falta de lectura es desastrosa. Eso pasa en Europa, eso pasa en el África, eso pasa en Oriente y pasa en América. Tan simple como ver la cantidad de atentados en el viejo mundo especialmente o lo que están haciendo el Estado Islámico y el Boko Haram en las zonas que dominan. Se les “condena”, pero bueno, no es el show de nadie.
Es sintomático también que ninguna comunidad musulmana se haya pronunciado abiertamente en contra. Ningún gobierno islamista tampoco. Y la pregunta es ¿están de acuerdo con lo ocurrido o tienen tanto miedo a los sectarios? Conozco demasiada gente musulmana y sé que no están de acuerdo con toda la porquería, que son gente respetuosa y proba –más tolerantes que muchos liberales y comunistas- que aman la paz y la vida. Salen algunos a hablar puntualmente, cuando deberían hacer causa común. En todo caso, ellos son los que quedan mal y se hacen daño pues se les estigmatiza y, por ende, se les termina por rechazar cuando debería ser lo contrario.
Ahora, el escenario será más feo, todo se intensificará, con la adhesión de Palestina a la Corte Internacional pues se les amplia el campo de reconocimiento y acción a grupos terroristas. Todos, con sus diferencias, quieren lo mismo: un mundo sometido. Por el beneficio que resulta de esto terminarán por tranzar entre ellos, al menos eso es lo lógico, con tal de tener representación y aceptación por parte del mundo democrático. Occidente, una vez más tropieza con la misma piedra, no aprende la lección que no se le puede dar ventajas y armas a quienes quieren minar el sistema. Mientras los políticos piensan que haciéndolos parte del medio tienen como darles ultimatums y disminuirlos, los otros lo ven como una debilidad. Idiotas, las pruebas demuestran que lo que están haciendo es lo peor.
Por ejemplo, Hamas, un grupo de esos, controla Gaza, de hecho son “representantes electos”. ¿Tiene sentido escuchar las demandas y quejas de esos tipos que no encarnan realmente el sentir de la población? Es como si dijéramos que aquí tenemos que escuchar y aprobar las estupideces que dice el MOVADEF o algún otro grupete de terrucos “reformados”. Yo estoy a favor que haya un Estado Palestino que conviva con el Estado de Israel, que se reconozcan mutuamente y pare la barbarie. Pues, por un lado los judíos tienen que defenderse de que los quieran barrer –y vale decir que no tienen la culpa de invertir bien su dinero en defensa e investigación y desarrollo en todas las artes- y por el otro las pobres poblaciones civiles palestinas que sufren con las represalias israelíes, bombardeos y demás –más allá de los avisos de evacuación que estos lanzan- y que sufren, principalmente, por el abuso de los grupos extremistas que prefieren comprar armas a darle algún beneficio a sus “pueblos”. Investiguemos, no nos traguemos la propaganda como bebes que comen papilla.
En mi modesta opinión, las cosas se pondrán color de hormiga en los próximos meses.
Vale aclarar que me enferma el fanatismo de cualquier lado, sea por dogma político o religioso. Tengo que decir también que sé que hay enfermitos en todos los grupos políticos o religiosos que NO REPRESENTAN el sentir de la mayoría. La cosa es que todos debemos parar la estupidez cuando la veamos. En un mundo de libertad y derechos todos tenemos la posibilidad de expresarnos y creer lo que nos venga en gana, mientras esto no se convierta en libertinaje -que abuse psicológicamente o cause daño físico a alguien- estará bien. Si se pasan los límites, bueno, ya es cuestión de corregirlo. Otra cosa, resentidos sociales o mamones, por favor, piensen también antes de reclamar y/o generar movidas en pro y contra de algo o alguien.