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CADE

Tras el CADE

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Publicado: 2014-11-17

Después de casi una semana de estar absorbido por el trabajo he podido leer y ver noticias con detenimiento y centrarme en algo de interés como el CADE.

Urresti es un showman. Punto, no hay más discusión, debería tener su programa de TV a lo Ferrando. Sí, es sarcasmo. Ahora, en serio, es interesante ver como el razonamiento de la gente puede ser tan pobre, paupérrimo, pues se dejan enamorar por el palurdo ministro del interior –incluidos algunos empresarios oportunistas, sin moral y con un cachete para cada grupo político-. Como leí por ahí, estamos resignados a que nuestra política hace mucho sea un circo, pero no tenemos razones para reírnos ni para pensar que todo llegará a buen puerto. Todo lo contrario. De fijo, Urresti es la carta presidencial para el 2016, siempre y cuando no salgan con alguna leguleyada para imponer a Nadine o perpetuarse en el poder. Como fuese, la fanfarronada del ministro metería, al menos, 5 congresistas nacionalistas en el próximo congreso.

Por otra parte, considero que la presentación del ministro Segura fue correcta, aunque tengo pensamientos encontrados al respecto. Como positivo, el ministro mostró que conoce el tema y tiene medianamente claro lo que debe hacer. El uso de las palabras desaceleración y demás fue interesante, se les dio una connotación positiva, alentadora y como para aplaudir –si solo se tratara de retórica-. Las palabras bien dichas generan buenas reacciones. Es claro que a eso apostaron Segura y la gente del BCR en sus intervenciones. No obstante, la experiencia me indica que esto puede tratarse de una estrategia para mantenernos tranquilos y promover la inversión –lo cual es bueno y NECESARIO-. Pero, como no creo en los que manejan el Perú, también considero que sus mensajes pueden acarrear fatalidad pues, valgan verdades, les faltó la pizca de audacia y realidad que hubieran catapultado las cosas a favor. Eso fue lo negativo y lo explico a continuación.

Quedó en manifiesto que el ministro y su equipo son tecnócratas que aman las proyecciones y modelos, y no han caminado por las calles y los mercados en bastante tiempo –si es que alguna vez lo han hecho-. Asimismo, les faltó acordarse de lo que ocurre políticamente en nuestras regiones, de donde viene el 90% de lo que vendemos interna y externamente. Con todas esas variables el escenario no es tan alentador como el que pintaron. De igual manera, en un momento donde algunos ya perciben que falta el dinero y aumentan los precios es, por lo menos, inoportuno que se presente como gran logro que el Perú haya sorteado el primer filtro para ser admitido en la OCDE. Sí, otro club de saludos a la bandera como lo son la ONU y otros organismos, que salvo algunos estudios, no dan ningún valor agregado –tema que tocaré en otra columna con motivo de la COP20 y otras tiraderas de plata-.

Digan que es un argumento “chusco” si quieren, pero una cosa es decir que seguimos un proceso de admisión y otra presentarlo para distraer y refrendar sus anuncios y análisis de lo que deparan los próximos meses. En ese contexto, es grosero para quienes gastar unos céntimos más significa que tienen que privarse del bien que necesitan. Y eso no significa que se está desmereciendo las oportunidades que ser parte de la OCDE pueda traer consigo, simplemente es decir que hay cosas más urgentes e importantes que tienen un impacto directo en nuestro desarrollo. Eso sin negar que adaptarnos a lo que pide el primer mundo es parte de las reformas que necesitamos emprender. En suma, parece que ese anuncio fue para satisfacer el complejo y la vanidad de algunos que se tragaron que el Perú es de renta media-alta. No es mezquindad, es aterrizar las cosas.

El Perú, de entrar a la OCDE, no sería parte del primer mundo, como dicen algunos desinformados. Simplemente, echaría mano de un nuevo circuito en pos de seguir su camino al desarrollo. Progreso que, gracias a nuestros pésimos políticos –en especial a la izquierda retrograda y mega demagoga-, es un cojo con muletas rotas. Solo para empezar, si queremos compararnos, nuestra economía es enana y de tendencias suicidas. Aparte, las potencias mundiales nos llevan más de 50 años solo en infraestructura y políticas de control interno. Al Perú le falta mucho para jugar en las grandes ligas de igual a igual. Esto no es complejo de inferioridad, es salir a las calles y ver lo que hacen nuestros compatriotas y gobernantes. ¡Joder! Si los hechos no les gustan no es mi problema. Debemos invertir en educación y patearle el trasero a tanto maldito vago líder sindical, a los políticos corruptos, funcionarios imbéciles y empresarios inescrupulosos antes de llenarnos la boca con noticias como esta. Menos show y más resultados.

Para desgracia, por cada paso que se dio en los gobiernos de Toledo y Alan –con todas las porquerías que tienen encima-, se retrocedieron 2 en éste. Eso lleva a ver que declaraciones como las del ministro Segura terminan por pintarse como mucho floro y poca acción. Esperemos que lo que sí tiene claro –y no necesitaba del cuento de la OCDE- funcione, porque, de lo contrario, luego la sufriríamos mucho.


Escrito por

Carlos Daniel

Administrador de Empresas. Especialista en proyectos para el desarrollo. Escritor y compositor.


Publicado en

Consenso Ilusorio

Espacio de política. No me caso con nadie.