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Reelecciones y otros asuntos

Publicado: 2014-10-31

Hoy salgo de la política un toque para hablar como un fanático más. Por primera vez en mi vida concuerdo con el Sr. Abugattás. Perturbador realmente, pero creo que hay razones de sobra para la intervención del Estado en la FPF. Por otra parte, la FIFA nos haría un favor sancionándonos y relegándonos de toda competición hasta que haya una verdadera reestructuración de nuestro fútbol. Burga, compañía y similares son un desastre de personas y dirigentes –cínicos y corruptos de dimensiones míticas-, sinceramente, merecen una buena pateadura.

Como fuese, es interesante ver el empeño y la dedicación de algunos de nuestros políticos en un tema tan banal como el balompié, son cuidadosos en ello y es loable, y creo que debemos exigir que lo sean en lo que interesa en verdad. No deben olvidar sus funciones y las reformas que se necesitan para proteger la democracia.

Es cierto que han dado un paso muy importante al aprobar, en primera instancia, la no-reelección de presidentes regionales y otras autoridades locales. Y, aunque no sea lo único por hacer en los departamentos, creo que es mejor que nada. Se aplaude la iniciativa porque nuestra regionalización es un naufragio y hay que acotar el poder que tienen los curacas modernos -que son una mezcla de señores feudales y gánsteres de película-. No obstante, creo necesario también, que prospere el proyecto de la no-reelección de congresistas y que regresemos a un sistema bicameral. Las razones son las siguientes:

(1) Implica la generación forzosa de nuevos cuadros de los partidos políticos. Se fortalecería la democracia interna –que dicho sea de paso, también debería ser vigilada por la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones que la mayor parte del tiempo se la pasan de pavos cantores-.

(2) Da el espacio suficiente para redefinir los criterios para llegar a ser “Padres de la Patria”. Subir las vallas es una necesidad, no pueden legislar personas ignorantes o que tengan una agenda criminal comprobada. Dejar las cosas como están es suicidio colectivo. Aparte, hay que profesionalizar los espacios políticos para reducir la demagogia, además de espulgar a detalle a quienes quieran “servir”.

(3) No se duplicaría el gasto necesariamente. Si se es inteligente y se enfoca el asunto en cómo redistribuir los espacios y recursos, la cámara baja podría conservar 100 congresistas más o menos y la diferencia más unos cuantos pasar a ser parte del senado. Tampoco es que necesitemos más comechados.

(4) Al tener dos filtros se bajaría la tasa de leyes estúpidas y abusivas también; leyes que ahora son promulgas para ser derogadas tras unos cuantos días. Necesitamos asegurar enfoques profesionales que fuercen al debate, que aseguren la calidad de las normas y ayuden a establecer políticas de Estado reales. Creo que todos estamos hartos de la ineptitud.

(5) El tener nuevamente un Senado evitaría el canibalismo político y las cacerías de brujas. Los diputados antes de establecer comisiones hasta por un resfriado -y lanzarse al hostigamiento y derroche de recursos como pasa hoy en día- tendrían que solicitar la aprobación de sus hermanos mayores o, al menos, se podría mandar que, con una cuota de apoyo mínima en ambas instancias, se permita establecer estos grupos de trabajo. Con ello, no se les achica el campo de acción, se trata de ordenar lo que por años lleva siendo un circo para ganar glorias con avemarías ajenas. Asimismo, el senado, al tener mayor peso político que la otra instancia, podría, en su debido momento, intervenir para supervisar como se llevan los procesos. Necesitamos que se tracen las facultades con cuidado para conseguir un circuito bastante armonioso donde se trabaje por resultados.

(6) Asimismo, se da el espacio necesario para redefinir y acotar los procesos de revocatoria de todas las autoridades electas. Ello haría que no salten por cualquier incidente o indicio, a la vez que se mantiene la facultad del pueblo de exigir y/o evaluar a sus representantes cuando sea necesario. Lo ideal es que los mandatos se terminen a su tiempo, pero que nuestros representantes sepan que son vigilados y presionados no solo por los institutos estatales, creo yo, que les genera una barrera más para cometer fechorías (pese a que, como muestra la experiencia, no erradica las malas mañas y siempre hay gentuza que le saca la vuelta).


Escrito por

Carlos Daniel

Administrador de Empresas. Especialista en proyectos para el desarrollo. Escritor y compositor.


Publicado en

Consenso Ilusorio

Espacio de política. No me caso con nadie.