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El Capitalismo (2 de 2)

Hay que analizar antes de catalogar...

Publicado: 2014-10-22

Para terminar este juego de 2 entradas hablaré del neoliberalismo y de lo ilógico de la aplicación de los preceptos de las "grandes mentes pensantes".

Los hechos señalan que el neoliberalismo no existe como manda la teoría. No hay ningún lugar en el mundo donde el Estado no obre, no controle o proteja algo. La menor cantidad de trabas burocráticas, la apertura del mercado y protección de la propiedad privada son solo pruebas de la necesidad de responder a nuestros comandos naturales. Decir que son medidas neoliberales es mentir y tener pocos argumentos. Solo un comentario, es interesante que la extrema liberación tenga la misma línea básica que el anarquismo, que, normalmente, se encuentra en el coctel de izquierda. Ironías del destino.

Si quieren hablar de EEUU, aliados y similares como baluartes del neoliberalismo tenemos que ver lo siguiente: (1) Tienen instituciones estatales fuertes. (2) Los valores democráticos son sólidos. (3) Tienen procesos burocráticos infinitamente más claros que aquí. (4) Tienen leyes fulminantes en control fiscal y tributario. (5) La vigilancia sobre las empresas –si bien no están exentas de tonterías- destroza cuando hay irregularidades (Ver caso Enron Corp. y similares). Entonces, ¿son realmente neoliberales? Si nos comparamos, la chabacanería de nuestro amado Perú es mucho más neoliberal sin que sea neoliberal realmente. Antes de las crisis, que los gobiernos de EEUU y amigos respetaran la voluntad de empresarios idiotas –de tomar riesgos innecesarios y jugar con el crédito- es solo muestra de la ignorancia acerca de las libertades que ellos mismos defienden. No es una cuestión de doctrina político-económica (pese a algunos rasgos), sus propias estructuras estatales impiden que pueda tratarse de ello, es simplemente falta de criterio.

Durante las dificultades y después de ellas se hizo evidente que debe haber una medida similar de control y de facilidades para mantener las interacciones estables y protegidas a la vez. Los gobiernos “neoliberales” tomaron medidas que cualquiera consideraría proteccionistas (algo que la doctrina del libertinaje prohíbe). Que no salieran con el demagógico discurso de “darle al pueblo” o expropiar -tan de moda en nuestra región- solo habla de un mínimo de respeto por los dueños (sean empresas o individuos).

Creo que a todos los que pensamos nos queda claro que debe haber mesura para no caer en la represión o en el libertinaje. Cualquiera de esos carices llevaría a tener como común denominador al despilfarro y a atentar contra los derechos, mucho más de lo que ya padecemos. La realidad doblega a cualquier discurso y eso mismo ha acallado a las voces que pedían mayor liberación, el destierro de los beneficios sociales o la abolición total de estructuras, jerarquías y procesos a nivel mundial. No tienen que creerme, es cuestión de que lean y vean a renombrados autores, que retomando el sentido común, han virado sus argumentos hacia el centro. Por ende, tanto los amigos de extrema derecha y de extrema izquierda tienen que cerrar la boca porque los enfoques que plantean trasgreden cualquier tipo de estructura lógica y viable, y han sido ampliamente superados por la necesidad.

Para nuestra desgracia, nada de eso ha sido aprendido ni visto en nuestros círculos gobernantes. Por eso es que hay tanto incoherente como líder abriendo la boca sin decir nada. Muchos conceptos e ideas rescatables no tienen nada que ver con la aplicación práctica llevada a cabo por aquí ni con lo que plantean como grandes descubrimientos. Siempre hay esa maldita necesidad de figuretear (no digo figurar pues quien logra algo merece reconocimiento). A mi juicio, un medio caracterizado por el balance permite coexistir y potenciar los conceptos útiles (apertura de mercado, justicia social, etc.) sin que lleguen a ser fuentes de populismo y/o premiación de la vaguería o del egoísmo. Retomando la primera idea, que los representantes de izquierda y derecha hayan vivido como reyes a costa de todos es una prueba de la complicación y de que sus discursos son baratijas. Es firma y sello de la pérdida de tiempo en la politiquería barata donde todos pretenden ser los abanderados e iluminados para cogernos de idiotas.

Quiero concluir diciendo que es indudable que el liberalismo desmedido lleva al abuso y a la generación de brechas insalvables. No obstante, el control extremo y la supresión de lo individual, que va en contra de lo inalienable en el ser humano, es abuso también y siempre genera radicalización y destrucción. Como dice la imagen inicial: "el comunismo puro es para los envidiosos y el capitalismo extremo es para los egoístas". Nada lejos del equilibrio es bueno ni sostenible, no ayuda al progreso ni a que todos tengamos oportunidad de desarrollar. Por ello, para combatir la podredumbre y a tanto charlantán parlanchín nuestra necesidad máxima debe ser la educación. Mentes desarrolladas y personalidades bien formadas hacen que merme la estupidez cualquiera sea su fuente.


Escrito por

Carlos Daniel

Administrador de Empresas. Especialista en proyectos para el desarrollo. Escritor y compositor.


Publicado en

Consenso Ilusorio

Espacio de política. No me caso con nadie.