Hace un rato tuve oportunidad de ver todo el show que se ha dado a raíz de la presentación de López Meneses ante la comisión del congreso que investiga las irregularidades que todos conocemos. Estoy asqueado tras haber visto y escuchado lo que dijeron el “ex operador”, el “asesor” Pedraza y el ministro Cateriano. Del primero no se puede esperar nada, es un tipo con la consciencia cauterizada y curtido. Los otros dos impresentables deberían desaparecer del medio político; no solo por incompetentes, sino porque tienen los conceptos podridos al punto que declaman su poco amor por la democracia.

En resumen, ambos hablaron de las razones por las que Ollanta Humala (y su entorno) no deben dar la cara ni declarar sobre casos de corrupción y similares. Según dijeron, de ser interpelados se mancillaría la majestad del presidente y, por ende, se atentaría contra la democracia. Entonces, para estos dos -al igual que para todos los oficialistas- el blindaje, la politización, la ineficiencia e irrespeto a la que nos tienen acostumbrados es algo NORMAL Y LOABLE PORQUE SE PROTEGE LA DEMOCRACIA. No sabía que ir en contra de los valores primarios de la misma y en contra de los juramentos que hacen es salvaguardar el poder del pueblo. ¿Tenemos que estarles agradecidos? -es sarcasmo por si acaso.

Bajo ello, el “que la Patria se los demande” es una mera formalidad y no tiene significado real. Entonces, la Patria (todos nosotros) no podemos ni chistar frente a las porquerías que hagan. ¿Eso es gobierno del pueblo? ¿Eso es claridad política? ¿Eso es defender las libertades, la coherencia y la "verdad"? A mi juicio solo prueba que esa gentuza juega dentro del circuito porque los encumbra y pretenden entornillarse. Nadie niega que si quieren tener presencia, sentirse halagados y vivir bien puedan hacerlo; pero que no simulen ser algo que no son, ya que todas sus acciones violan la noción de buen gobierno.

Solo quiero puntualizar, seríamos hipócritas en negar que tener un beneficio nos mueve a todos. Incluso cuando compartimos "desinteresadamente" ganamos autosatisfacción. El "quid pro quo" o el "do ut es" siempre están presentes.  Pero, creo también, que lo que hace esta gente vulnera el respeto que nos deben tener. No discuto que lo expresado por Pedraza y Cateriano -al igual que Ana Jara- sea el sentir del 99.99% de políticos en nuestro país (y habla de lo mal que estamos). Sin embargo, en todos mis años de renegón, no recuerdo a mayores caraduras que los del Partido Nacionalista y sus hermanos de izquierda.

Quiero recordar un caso, muy conocido, donde el presidente fue forzado a dejar su cargo por problemas de corrupción: Nixon. Ahí, en la llamada primera democracia del mundo, en plena guerra fría y con el conflicto de Vietnam en plenitud, dimitió por las pruebas en su contra -y que conste que no estaba en juicio directamente-. Nadie osó decir que se atentaba contra la democracia y gobernabilidad ni que se mancillaba la majestad de las investiduras. Esa retórica que vomitan nuestros “líderes” es ejemplo de su falta de criterio y torcedura moral simplemente.

Es evidente que cada país vive sus procesos, pero quiero mostrar la necesidad de que todos los que ejercen poder sean controlados y no se den episodios tan lamentables como el que vivimos. Mucho menos, que se busque justificar sus acciones en el "servicio" que brindan. De hecho, con no tener la rectitud de declarar, lo que generan es inestabilidad, incertidumbre y desasosiego. Verdadero amor al Perú demostrarían haciendo lo que deben, evitando caer en vilezas y dando la cara en el momento oportuno -cuando las papas queman-. Eso los encumbraría como gente proba que busca el desarrollo, defiende las libertades y no teme esclarecer los hechos. Mientras sigan desdeñando sus juramentos no pueden ser considerados verdaderos demócratas ni personas con la entereza suficiente para guiar el destino de la nación ni para criticar a sus opositores.