En un país donde casi todas las figuras políticas tienen rabo de paja, donde los partidos se han vuelto clubs de fans o gremios criminales y no hay una línea clara para la renovación de cuadros (con gente descente) es desastroso lo que ha acontecido en los últimos días. Malas lecturas, líos de niños y ambiciones desmedidas condenan a muerte a las agrupaciones que, dentro de todo, prefieren el juego democrático a la imposición suprema.

Perú Posible:

Un partido infestado de casos de lavado de activos, tráfico de influencias, asociaciones ilícitas y narcotráfico. Una agrupación donde cada mensaje se volvió digitado para defender lo indefendible y para blindar a sus partidarios y aliados. Olvidaron el sentido de la democracia y han protegido a capa y espada las asquerosidades con tal de mantenerse en la arena, demostrando una triste visión, poco olfato y poca moral. El haberse enmascarado como una “oposición/partido responsable” los ha vuelto el lacayo que come de las sobras de sus amos y que abusa de otros siervos por encontrarse más cerca de la mesa. Todo eso tomando en cuenta que en política cada partido o figura responde a un grupo de poder.

Esos golpe se sienten peor y tienen repercusiones terribles porque deshace el mito de que lideraron la lucha contra la corrupción y que son los paladines de los valores y la moral. Cosas como la "Marcha de los 4 suyus" y un gobierno relativamente bueno son el pasado. Vale recordar que en esa marcha tuvieron el apoyo de otros grupos y de gente común muy valerosa -más que Toledo, cualquiera; si mal no recuerdo, llegó tarde-. Supieron capitalizar eso, pese a las fallas de su líder y, ahora, es evidente que los que lo propiciaron ya no están o son los no escuchados. Clásico en el Perú, a las personas trabajadoras se les arrincona y a los charlatanes se les promueve (no importa su formación). También es cierto que con lo personalista y cínico que es Toledo y lo interesados que son los de su inner circle, su partido nació condenado a muerte.

Resultado: el Peru Posible del presente muestra tener muy poca visión a futuro y una falta de estrategia preocupante. Con quien les paga o promete poder están de la mano. Han apoyado a todos los que debían rechazar, se colgaron de los fracasos solitos. Renunciaron a participar con su estandarte, no forman nuevos cuadros y presentan siempre a quienes llevan varias cruces encima -caso Freitas. Pasaron de ser referentes a ser seguidores serviles. Eso es lo que hace el poder mal llevado y mal conseguido. Seguirán espantando a todos los que podrían hacer algo bien y sin ensuciarse las manos. Ese fenómeno ya tuvo varias víctimas y que podamos ver todo eso desde fuera es muy grave.

Sheput era, sin duda, su carta más coherente y limpia actualmente. Una figura que por esas características era usado para salir en TV y defender, con algún guion, a Toledo. Pero llegó un punto donde tuvo que admitir que había irregularidades, tuvo que virar sobre la marcha y tratar de salvar algo. Eso no gustó y fue relegado por la dirigencia, todos adeptos a Alejandro y con los mismos líos que él. Cosa que le debe haber dolido, más por haber sido el escudero profesional. Asimismo, su carrera política lo hacía estar por encima de sus correligionarios –todos celosos y muy envidiosos también-.

El exministro hizo lo mínimo que hace una persona que se respeta y ama: salir sin aspavientos y deseándoles lo mejor. Considero que se demoró y que se manchó innecesariamente. Y que conste, Sheput no es santo de mi devoción.

En la segunda parte, la implosión del PPC.